En memoria de los que se fueron y que siempre estarán en nuestros corazones, cada 1 de noviembre el cementerio vuelve a ser punto de encuentro para recordar, rezar, llevar flores. La lluvia de los últimos días ha dado una tregua y el camposanto se ha llenado de muchas personas desde la mañana hasta la hora de cierre, seis de la tarde. A las cuatro y media, la celebración litúrgica estuvo presidida por el obispo civitatense Mons. José Luis Retana, que después ha recorrido el lugar.
Este 2 de noviembre, día de Difuntos, el horario del cementerio municipal continuará siendo especial, de nueve y media de la mañana a seis de la tarde, sin pausa. La misa de Difuntos en la capilla del cementerio está prevista para las once de la mañana.



