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Benedicto XVI, el Atrio de los Gentiles, la película Los dos Papas y su amor  a Jesucristo

Artículo de Juan Carlos Sánchez Gómez.

Pablo Moreno y Juan Carlos Sánchez  entregan a Benedicto XVI la película  Pablo de Tarso, el último viaje y el vídeo vocacional Sacerdote, «Testigo de la misericordia», febrero de 2010. También le entregaron el catálogo de la exposición «Gólgota, pasión por una tierra», del grupo Manantial. Todo ello realizado en Ciudad Rodrigo

Para Ratzinger, confrontarse con la Razón es beneficioso, pues si hay patologías de la fe, también hay patologías de la razón.

Con motivo de la publicación de nuestro libro Entre la Espada y la Pared (Assumpta Serna, Scott Cleverdon y Juan Carlos Sánchez), en la Editorial san Pablo (Madrid, 2020), tuvimos la ocasión de dialogar sobre muchos temas y en ese diálogo salía frecuentemente el pensamiento de J. Ratzinger; mis compañeros co-autores solo tenían esa idea negativa de Benedicto XVI, muy del  relato construido de forma un tanto maniquea, que  se reflejaba muy bien en la película Los dos Papas (Fernando Mereilles, 2019). Cuando tratamos el tema del Atrio de los Gentiles en  el capítulo 2 de nuestro libro y citamos el discurso del Papa del 21 de diciembre de 2009 a la Curia Romana, cambió mucho su punto de vista sobre Benedicto. Cito de nuevo esas palabras de Benedicto y nuestro diálogo sobre ellas (cf. pp. 28-30 de nuestro libro)

“Pero considero importante sobre todo el hecho de que también las personas que se declaran agnósticas y ateas deben interesarnos a nosotros como creyentes. Cuando hablamos de una nueva evangelización, estas personas tal vez se asustan. No quieren verse a sí mismas como objeto de misión, ni renunciar a su libertad de pensamiento y de voluntad. Pero la cuestión sobre Dios sigue estando también en ellos, aunque no puedan creer en concreto que Dios se ocupa de nosotros. En París hablé de la búsqueda de Dios, como motivo fundamental del que nació el monacato occidental y, con él, la cultura occidental.

Como primer paso de la evangelización debemos tratar de mantener viva esta búsqueda; debemos preocuparnos de que el hombre no descarte la cuestión sobre Dios como cuestión esencial de su existencia; preocuparnos de que acepte esa cuestión y la nostalgia que en ella se esconde. Me vienen aquí a la mente las palabras que Jesús cita del profeta Isaías, es decir, que el templo debería ser una casa de oración para todos los pueblos (cf. Is 56, 7; Mc 11, 17).

Él pensaba en el llamado «patio de los gentiles», que desalojó de negocios ajenos a fin de que el lugar quedara libre para los gentiles que querían orar allí al único Dios, aunque no podían participar en el misterio, a cuyo servicio estaba dedicado el interior del templo. Lugar de oración para todos los pueblos: de este modo se pensaba en personas que conocen a Dios, por decirlo así, sólo de lejos; que no están satisfechos de sus dioses, ritos y mitos; que anhelan el Puro y el Grande, aunque Dios siga siendo para ellos el «Dios desconocido» (cf. Hch 17, 23). Debían poder rezar al Dios desconocido y, sin embargo, estar así en relación con el Dios verdadero, aun en medio de oscuridades de diversas clases…Al diálogo con las religiones debe añadirse hoy sobre todo el diálogo con aquellos para quienes la religión es algo extraño, para quienes Dios es desconocido y que, a pesar de eso, no quisieran estar simplemente sin Dios, sino acercarse a él al menos como Desconocido”. (Benedicto XVI, Discurso a la Curia romana, 21 diciembre 2009).cf http://www.cultura.va/content/cultura/es/dipartimenti/ateismo-e-non-credenza/discorso-di-fondazione-di-benedetto-xvi.html

ASSUMPTA

Qué maravilla la inteligencia del Papa Benedicto. No sabía. La imagen sobre él de la película Los dos Papas (Fernando Mereilles, 2019) no ayuda mucho.

JUAN CARLOS

No, es una caricatura de Ratzinger. Es demasiado maniquea, yo me quedo con el intento del director de acercarse a la Iglesia donde hay posturas bien distintas y todas caben y comprobar  cómo el director está fascinado por la figura de Francisco.

ASSUMPTA

Esta película nos ofrece la posibilidad de ver a una Iglesia humana, con puntos de vista distintos, no como un todo uniforme. Aprecio que a través del diálogo se produce una evolución y acercamiento entre los dos protagonistas, con interpretaciones soberbias por parte de los dos actores.

SCOTT

Una película nunca puede cumplir las percepciones que tiene una persona con otra persona. La necesidad en una historia es encontrar los elementos que iluminan aspectos de la estructura metafísica explorada en el tema de una historia. Una película no es real ni nunca puede ser real, porque utiliza algo que se llama distancia estética para poner un marco alrededor de una narrativa que eleva una simple anécdota a un nivel didáctico helenístico y profundo.

JUAN CARLOS

Los dos Papas se puede convertir en una oportunidad para hablar de la Iglesia y acercarla hasta el atrio. En este caso no es el propio atrio de la Iglesia, sino que desde una propuesta externa, al ser una película de ficción, podemos traerla al atrio y hablar de la verdad de ambos personajes y conocer mejor a la propia iglesia. (Hasta aquí la cita de nuestra publicación)

Las palabras de Assumpta lo dice todo: Que maravilla la inteligencia del papa Benedicto.  

Dios te libre del día de las alabanzas”, reza  un refrán popular. No obstante el hecho de asistir a la muerte de un Papa emérito hace de la noticia  un acontecimiento singular, que consuma su vida toda y consuma precisamente el retiro durante estos años tras renunciar a la sede de Pedro.  Se puede enfocar su legado desde muchos puntos de vista, y así lo están haciendo personas expertas y conocedoras de los intrincados vericuetos vaticanos; pero no cabe duda de que sus palabras y sus escritos encierran una sabiduría poco común entre los mortales del  último tercio del siglo XX y en los inicios del siglo XXI.  Era verdad que a Juan Pablo II se le iba a ver y a que Benedicto XVI se le iba a escuchar. Sus palabras quedarán como un legado para la Iglesia y para el mundo. Sus  reflexiones sobre la fe y la razón y sobre Dios nos seguirán animando a buscar la verdad si miedo y sin prejuicios. Para Ratzinger, confrontarse con la Razón es beneficioso, pues si hay patologías de la fe, también hay patologías de la razón, como quedó patente en aquel diálogo famoso con Habermas el 19 de enero de 2004 en la Academia Católica de Baviera, en Múnich (cf. pg. 21 de nuestro libro citado).

         Muy poco tiempo antes de su renuncia nos llegaba su última entrega sobre Jesucristo, su libro sobre la infancia de Jesús; libro que presentamos en Ciudad Rodrigo. Sus aportaciones  sobre Jesucristo son un canto de amor al Señor, no  es casualidad que sus últimas palabras, unas horas antes de expirar,  fueran: Señor, te quiero.

Descanse en Paz.

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